Ana Regina Nogueira, una de las gestoras del Parque Francisco de Asís, en Lavras, Minas Gerais, Brasil, y autora del libro “Vivir el Amor a los Perros”, lanzado por Irdin Editora, habla sobre la importancia de la identificación de los perros para el proceso evolutivo de estos animales.

La semana pasada, el Parque Francisco de Asís, que alberga en su perrera a cerca de 450 perros, recibió al tercer Grupo Voluntario de Identificación Canina, como mostró el reportaje del Portal de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional. Más allá de las ventajas prácticas de la identificación de un perro, existen razones más profundas, que están relacionadas con el proceso evolutivo del animal.

Para Ana Regina, el nombre facilita el ascenso evolutivo del perro, siendo fundamental su individualización para el tratamiento de cuestiones físicas y para que el veterinario acompañe su historial de salud y le repase los debidos cuidados y tratamientos.
Pero según Ana, existe una razón mayor y más interna que esa, que trata de su evolución espiritual. “Un día los perros entrarán en la línea evolutiva humana, no será en este planeta, sino en otro. Serán gente. El nombre es verbo y como verbo vibra. Cada perro tiene una historia única y un nombre ayuda a moldearla”, afirma.

Según Ana, un animal que comienza a reconocer su nombre desarrolla con mayor rapidez su núcleo de mente y su núcleo de alma. “Los perros, habiendo evolucionado durante miles de años muy próximo al hombre tiene una inteligencia concreta con el protencial de un niño de tres años. Distinguen un Sí de un No y, hasta cierto punto, comprenden nuestro lenguaje. Reconocen palabras, énfasis y tonos que les son dados. Los perros recorren un camino evolutivo, razón por la cual, necesitan de personas a su alrededor, que les enseñen y les llamen por su nombre, que conversen con ellos”, concluye.

Más informaciones:
VIVIR EL AMOR A LOS PERROS, Parque Francisco de Asís, de Ana Regina Nogueira.
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(la autora dona sus derechos autorales al Parque Francisco de Asís)