La energía del Amor

La energía del Amor, tan poco conocida y tan misteriosa en su expresión más profunda, si es manifestada con pureza por una persona, puede permitir que otra se aproxime o contacte su propio núcleo interior, su alma.

Sobre todo en esta época, esa energía del Amor encamina con rapidez a los individuos al encuentro de ese núcleo interno, lo que podrá realizarse por medio de situaciones agradables o no para la consciencia. El trabajo de la energía del Amor no es alimentar las emociones, sino transfigurar, de manera efectiva ,lo que ella toca . Así, lo que está limitado se amplía, disolviéndose en aquello superior que se encuentra en su propia esencia.

Esa energía impersonal trabaja ampliando y ensanchando lo que está restringido y limitado. Ella es como un torrente poderoso que llega e inunda todo y a todo sumerge en su vastedad.

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Hasta que el Amor se comprenda y se manifieste, plenamente

Hasta que el Amor se comprenda y se manifieste, plenamente, en la vida de este planeta, todavía se debe transitar un largo trayecto. Es el camino que el propio planeta debe recorrer para que, al final, exprese una imagen que sea la faz de Cristo. Tal como el Sol, que manifiesta en profundidad la energía crística y despierta en cada uno la gratitud y la reverencia por la energía contenida en sus rayos, también la Tierra tiene un patrón energético de Amor cósmico para expresar. Ese Amor, tan distante y opuesto a la realidad de la vida humana en este planeta, vive latente en el aura de cada partícula que lo constituye.

La manifestación externa de la energía crística fue establecida, definitivamente  en los planos espirituales y físicos, por medio de un ser humano. La sangre de Cristo Jesús, derramada para la redención de todo el planeta, simboliza la penetración de esa energía en los planos de la vida física y la consolidación, en la Tierra, de la luz y de la llama de Amor cósmico, así como de la plena existencia superior.

Romper las cadenas de la ilusión material

Para que el hombre pueda romper las cadenas de la ilusión material en la que vive, es necesario que trascienda la predisposición mental de tener al mundo físico y material como referencia; es también esencial no basar en fenómenos el camino espiritual que precisa recorrer. Un místico cristiano del siglo XVI, San Juan de la Cruz, decía “… para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada; para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada; para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada; para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes…”

Todo el Universo percibido por el hombre es como la hoja de un libro de volumen infinito; basta darla vuelta y aparece otra hoja, con otra configuración energética. Sin embargo, todo el libro es una creación de quien lo escribió, que no se ve ni se percibe, que no está contenido por el libro, pero que lo contiene.

La arena se escurre velozmente en el reloj de los ciclos

La arena se escurre velozmente en el reloj de los ciclos, indicando que los tiempos se aproximan. Tiempos de júbilo y de revelación; tiempos de gloria y esplendor para los que pudieron permanecer fieles al legado que recibieron del Cosmos. Pero también serán tiempos de luchas y de tribulaciones para los que se dejaron engañar por el apego y por la identificación con la vida material y sus bienes.

Para llegar a lo real, se debe renunciar a lo que es transitorio. Lo eterno contiene a lo temporal, pero este debe ser trascendido para que la plenitud divina se revele por completo.

Libro de TriguerinhoMensagens para sua transformação (Mensajes para su transformación)
Texto extraído del capítulo: El reloj de los ciclos anuncia una nueva vida
Audio de Irdin – completo en: Conversas com Trigueirinho nº 162