Los recursos obtenidos de la venta retornarán a la población indígena albergada por la Operación Acogida en Roraima
El viernes 30 de octubre, se inauguró en el Centro Artesanal de Boa Vista, capital del Estado de Roraima, el Espacio Artesanal Warao y E’ñepa, exclusivo para la venta de artesanías ancestrales elaboradas por indígenas venezolanos refugiados en Brasil .
Este espacio es el resultado de una alianza entre la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) y el Sindicato de Artesanos de Roraima, ycuenta con el apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
En el sitio, las mujeres indígenas de estos dos grupos étnicos podrán vender sus artesanías. Las artesanas viven en los refugios temporales Pintolândia (Boa Vista) y Janakoida (Pacaraima), que forman parte de la Operación Acogida, la respuesta del gobierno federal al flujo de refugiados y migrantes de Venezuela a Brasil.
La apertura de este espacio es el resultado de la búsqueda de alternativas para generar ingresos para la población indígena venezolana que vive en albergues temporales gestionados por la Fraternidad – Humanitaria (FFHI), en alianza con ACNUR.
A través de su sector de Medios de Vida, la Fraternidad – Humanitaria (FFHI) busca dar autonomía social y económica a las personas refugiadas que se encuentran en albergues gestionados por esta organización humanitaria.
Actualmente, unos 1000 refugiados y migrantes indígenas de Venezuela se encuentran alojados en los refugios de Pintolândia y Janokoida.
Según un informe reciente de ACNUR sobre actividades para las poblaciones indígenas venezolanas, más de 5000 indígenas del país vecino (de las etnias Warao, Eñepá, Pemon, Kariña y Wayûu) buscaron protección y asistencia en tierras brasileñas. De estos, 3224 son solicitantes de reconocimiento de la condición de refugiado, y 100 de ellos ya han tenido sus solicitudes confirmadas por el gobierno de Brasil.
“La Fraternidad – Humanitaria (FFHI) busca intensificar la respuesta humanitaria a través de soluciones que aporten nuevas perspectivas para que las personas refugiadas puedan reconstruir sus vidas”, explica el director general de la organización, Fray Luciano.
El éxodo de venezolanos por la crisis política, económica y social en el país es uno de los mayores movimientos de desplazamiento forzado en las Américas. Según estimaciones de la ONU, unos 5,5 millones de venezolanos ya han abandonado su país en busca de protección y asistencia.
En Brasil, se estima que ya han llegado al país alrededor de quinientos mil venezolanos, quedando aproximadamente la mitad en el país. Más de 46000 venezolanos ya han sido reconocidos como refugiadas y refugiados en el país, conformando la mayor población con este perfil en América Latina.
Importancia de la artesanía
A través de la artesanía, los pueblos indígenas de las etnias Warao y E’ñepa expresan su cultura, su identidad y su conexión con los elementos de la naturaleza.
El trabajo con artesanías en los albergues temporales para pueblos indígenas de la Operación Acogida contribuye a generar ingresos para las artesanas, siendo desarrollado con el objetivo principal de mantener viva la cultura y la expresión de la identidad de estos pueblos, quienes por diversas razones debieron abandonar sus lugares de origen y hoy viven en contextos muy diferentes a sus formas de vida tradicionales.
Ojidu, el árbol de la vida Warao
Toda la vida y el sustento del pueblo Warao está vinculado al árbol Buriti, con el que producen alimentos, artesanías, ropa y viviendas.
“Consideramos que el árbol de buriti es el bosque de nuestra tierra, un árbol sagrado, desde nuestros antepasados. Es parte de la vida de los indígenas Warao, porque de él salen muchos alimentos y la fibra de buriti, con la que hacemos artesanías”, dice la indígena y artesana Ensismar, residente del albergue Pintolândia.
Esta profunda relación se explica en su mitología. “Hace mucho tiempo, los Warao conocieron a un hombre llamado Ojidu. Les daba a los Warao todo lo que necesitaban: hamacas, frutas, harina. Todo lo que los Warao necesitaban, lo conseguía. Un día, un hombre muy envidioso lo mató y se convirtió en un árbol de buriti (Ojidu), nuestro árbol de la vida. Él nos da todo lo que necesitamos”, explica la artesana.
E’ñepa, pueblo indígena
Con dedicación y celo, los indígenas de la etnia E’ñepa manipulan semillas en la elaboración de abalorios (adornos, cuentas), collares y pulseras, tallan grafitis (grafismos) y pintan la maderas tratadas que dan lugar a arcos y flechas decorativos.
Debido a que están en menor número en los refugios, son más tímidos y tranquilos, y buscan mantener sus tradiciones y esencia: desde ropas coloridas hasta sus festividades.