El reparto fraterno estuvo destinado a Cáritas – DF, Núcleos-Luz y Comunidades-Luz y beneficiará también a los refugiados indígenas en Brasilia y Roraima.
Las plantaciones del Núcleo-Luz Sagrados Reinos(NLSR), afiliado a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional(FFHI), aunque se iniciaron tímidamente en 2020, adquirieron amplitud a lo largo de los meses, hasta que en marzo de 2021, como resultado de la primera experiencia en suelo virgen. , hubo una inesperada abundancia de granos.
Para el Administrador General, Giovane Alves, los desafíos para iniciar un área de producción orgánica de granos y hortalizas son enormes. Existe la necesidad de maquinaria, implementos, herramientas, insumos, técnicas de preservación, mano de obra, conocimientos técnicos y recursos financieros. La primera cosecha de alimentos en la NLSR solo fue posible con la colaboración y experiencia de los hermanos del Sector Plantíos de la Comunidad-Luz Figueira.
Según Madre Isabel, coordinadora del Núcleo: “el contacto permanente con los Reinos de la Naturaleza nos permite darnos cuenta de cómo los Reinos están unidos por una fuerza universal mayor. ¿Qué hace que un vegetal se done por completo para servir de alimento a los seres humanos? Esa fuerza mayor es el Amor. Un amor aún desconocido para la humanidad, pero en la naturaleza, este amor es algo simple, inherente a la materia. Es la fuerza motriz que genera la vida. Si entablamos relaciones más estrechas con estas energías que cuidan la creación, descubrimos que cuando colocamos una semilla en la tierra, no solo estamos sembrando en el plano físico, sino que estamos, asimismo, interactuando con un vasto universo en creación”.
Sin investigar demasiado encontramos, a nuestro alrededor, la razón de tanta abundancia. La divina providencia vino al encuentro del panorama sociopolítico actual de la vecina Venezuela, cuya caótica situación está motivando una severa migración de su pueblo hacia países fronterizos.
Miles de venezolanos, carentes de techo, alimentación y dignidad humana avanzan, a pie, hacia el estado de Roraima donde están siendo recibidos, de manera excepcional, por la Operación Acogida, de la que forma parte la Fraternidad Humanitaria (FFHI).
Sin embargo, el foco no se limita al norte de Brasil, ya que los refugiados venezolanos, indígenas y no indígenas, se están dirigiendo a diversos estados del país.
En Brasilia, un grupo de 97 indígenas (45 niños y adolescentes y 52 adultos) acamparon cerca de la Carretera Interestatal, junto a un importante complejo comercial. Esta situación molestó a las autoridades locales y la solución llegó con el apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y de Cáritas Arquidiocesana de Brasilia.
La iglesia asumió la responsabilidad de construir una Casa de Paso para albergar y acompañar a los refugiados indígenas y no indígenas durante seis meses. Fue inaugurada el 19 de enero de este año. Es un centro de servicio de asistencia social, donde se ofrecen diversas actividades a la población sin hogar. La coordinación de la Casa de Paso cuenta con profesionales de la educación, de salud y de deporte, además de un psicólogo.
En la casa se alojan dos grupos distintos de refugiados, familias indígenas de la etnia Warao y familias de venezolanos civiles. Los dos grupos ocupan espacios diferentes, aunque comparten áreas comunes, a saber el salón comunitario para eventos, el ala de baños masculinos y femeninos, la cancha de fútbol y espacios de esparcimiento. También hay un área común para la plantación o huertas.
Al referirse a las dificultades iniciales del movimiento, el coordinador de Cáritas DF, Gilberto Fortes de Oliveira, responsable de la conducción del proyecto, enfatizó que “fue [a partir de] la relación de confianza instalada a lo largo del proceso que logramos ordenar la convivencia entre familias indígenas y venezolanas no indígenas, y la aceptación por [parte de] todas las normas establecidas por la institución”.
La NLSR puso a disposición de los atendidos en la Casa de Paso de Cáritas DF, 585 kg de soja. Utilizando un camión con carrocería cerrada, el propio coordinador se dirigió a Núcleo-Luz para buscar la donación. Muy amable, mostró gratitud por la ofrenda. Un pequeño grupo en representación del Monasterio Madre del Sol y la Red-Luz Centro-Oeste lo acompañó para conocer la institución y el trabajo que allí se realiza. “Nos agasajaron con un almuerzo especial. Durante el evento de entrega de la soja, no tuvimos ningún contacto con los indígenas, ni siquiera conocimos el pabellón donde viven, porque la hora del almuerzo es muy respetada por la coordinación de la Casa. Los Warao no aceptan que los interrumpan cuando preparan y comen sus comidas. Es una de las reglas de convivencia establecidas».
Incluso antes de enviar la donación a Cáritas DF, se consultó a la Comunidad-Luz Figueira sobre la necesidad de este cereal en todas las Comunidades-Luz y Núcleos-Luz. Una vez que se confirmó la donación y se resolvió el tema del transporte, se pusieron a disposición 3200Kg y se acomodó la carga en un camión cerrado que llevó, además de soja, 600kg de semillas que serán almacenadas en la cámara fría del Sector Plantación de Figueira hasta la próxima siembra de la NLSR.
Las Comunidades-Luz en Fraternidad de Aurora (Uruguay), Comunidad-Luz de la Hermandad en las Sierras de Córdoba (Argentina) y la Comunidad-Luz Nova Terra en Teresópolis, Rio de Janeiro, además de los Núcleos-Luz en Belo Horizonte, San Carlos y San Pablo serán contempladas por la Comunidad-Luz de Figueira en la redistribución de los granos. El Núcleo-Luz Flor del Sagrado Centro Tepuí, en Roraima, será asistido por la Fraternidad Humanitaria (FFHI), ya que está previsto enviar algunas toneladas de soja para la Operación Acogida tan pronto como el transporte ofrecido por el Ejército Brasileño sea confirmado.