Un mundo fraterno solo es posible a través de la unión urgente con los Reinos Mineral, Vegetal y Animal
En esta etapa de la humanidad y del planeta Tierra, no deberían ser necesarias las reafirmaciones de que el ser humano depende por completo de la integridad de los reinos vegetal, mineral y animal. Las consecuencias de las acciones inconscientes nos muestran esto en la práctica cotidianamente.
Vivimos una crisis climática causada por emisiones desenfrenadas de gases contaminantes, impulsados por una búsqueda ilusoria de la humanidad por el consumo de bienes materiales.
Un informe hecho por científicos especializados, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y difundido en la Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas, mostró que el derretimiento de los glaciares y el consecuente aumento del nivel de los océanos, y eventos climáticos extremos, son responsables del aumento récord de la temperatura global en los últimos años, de olas de calor generalizadas, incendios, ciclones tropicales, inundaciones y sequías, que afectan principalmente a las poblaciones más vulnerables de la humanidad.
En el interior del amazonas, pueblos tradicionales ya sufren las consecuencias de climas extremos que imposibilitan los cultivos agrícolas de los cuales viven. En 2020, la región sudeste de Brasil sufrió una serie de inundaciones que provocaron deslizamientos de tierra, dejando muertos en grandes centros urbanos del país.
La causa
De acuerdo con el informe sobre el impacto del uso del suelo en la producción de alimentos y del clima, elaborado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la producción agropecuaria y otros tipos de uso intensivo de la tierra, ya corresponden a casi un cuarto de las emisiones de gases que generan el efecto invernadero.
Estas actividades exigen la deforestación de grandes áreas verdes para el pastoreo, lo cual aumenta las emisiones de metano, uno de los gases que más contribuyen con el efecto invernadero.
El informe remarca que las actividades humanas afectan a más del 70% de toda la superficie terrestre no cubierta por hielo, y cerca de un cuarto está sujeta a la degradación. El documento atesta que quinientas millones de personas ya viven en áreas que experimentan un proceso de desertificación entre el 1980 y el 2000.
Centenas de especies de animales y vegetales se extinguieron, y millares se encuentras en riesgo. El agua, indispensable para la vida en la tierra, está siendo degradada y contaminada desde las nacientes de los ríos hasta los océanos.
La respuesta necesaria
«Existe una sola Vida, un único Ser
A los seres ligados en esta vida
Serás cada Criatura Viviente
Serás la Vida en cada Forma
Serás la Sublime Voz Interior»
(El Soplo del Espíritu, canto compuesto por Trigueirinho)
La agricultura sustentable y nuevas formas de uso de la tierra, que nos muestran los investigadores, son la principal alternativa viable para garantizar la seguridad alimentaria de la humanidad en crecimiento, y también para contener las emisiones de gases.
También nos muestran, paralelamente, la urgencia de reflexionar sobre nuestra relación con todos los Reinos de la Naturaleza.
El filósofo espiritual, que fue también uno de los fundadores de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), José Trigueirinho Netto, nos hacía poner atención a la necesidad de observar y aprender con los Reinos, reconociendo no solamente las tareas materiales de cada uno, si no también las sutiles.
Las plantas nos enseñan y elevan al trabajo cooperativo y contemplativo, los animales son símbolos de lealtad y de amor incondicional, y el Reino Mineral es responsable de la manutención energética del mundo.
Un Reino, decía Trigueirinho, es una especie de órgano en el cuerpo de manifestaciones de un Logos. «Hay funciones y metas precisas que se interrelacionan con los demás Reinos, complementándose entre sí».
En un camino que busca observar estos principios, la Fraternidade – Humanitaria (FFHI) realiza servicio abnegado por la integración armoniosa de los Reinos.
En Carmo da Cachoeira y Lavras, en el estado de Minas Gerais, misioneros rescatan, tratan y dan hogar temporal a centenas de perros y gatos en situación de calle.
Las misiones por la preservación del medio ambiente junto al reino vegetal, incluyen plantíos de retoños de árboles, acciones de preservación, restauración de árboles, resguardo de cobertura vegetal, combate a incendios en áreas verdes y construcción de cortafuegos.
«Delante del estado caótico actual del planeta, el ser humano está recibiendo impulsos para transformar el deseo egoísta en amor grupal, amor al otro, a la humanidad. En un estado más avanzado, transformará ese amor en amor a Dios, al Único. Él, entonces, comenzará a aprender a actuar, a sentir y a pensar en gloria a la Vida Única», escribió Trigueirinho.
Nueva Hermandad
La casa de una familia en la ciudad de Limeira, en el estado de San Pablo, hace más de treinta años se colma de perros y gatos de la calle.
Sin capacidad para acoger más animales, hace once años surgió el espacio Núcleo Nueva Hermandad, hoy hogar de cerca de 350 animales, entre perros, gatos, gallinas, puercos, bueyes, caballo, burro, tortugas, patos, aves y carneros.
Son cuidados por 24 personas que experimentan en la práctica una nueva manera de con-vivir. «Ellos no están aquí como hogar temporal, viven con nosotros y cada uno sabe quién es el tutor. Todos tienen nombre. Aquí es la casa de ellos», explica Winnie Leite, fundadora del lugar.
Es derecho de los animales vivir de manera libre y saludable, como es el nuestro. En el núcleo, los seres humanos son testigos, cotidianamente, de las manifestaciones de amor, consciencia e inteligencia del Reina Animal.
La vaca Bernadete, por ejemplo, murió de vejez hace poco tiempo, pero antes de eso, se reunió con sus tres crías. «Los vemos manifestando el concepto de familia, de unión, como nosotros». nos cuenta Winnie.
Winnie corrobora lo que ya fue comprobado por Capra y lo enseñado por Trigueirinho: los Reinos no están a nuestro servicio, si no que nos complementamos entre sí.
Los Reinos Mineral y Vegetal también formanparte del trabajo del núcleo, que cuenta con un área de reforestación y de agrofloresta. «Ellos están aquí para vivir en simbiosis con nosotros. La gratitud que sentimos es infinita. Despertar todos los días y poder estar en contacto con tantos hermanos, oír los sonidos de la naturaleza significa para nosotros estar más próximos de Dios».
Auxilio en Brumadinho
Los efectos del 25 de enero de 2019, aún se van a sentir durante los próximos años en la región de Brumadinho, en Minas Gerais. Desde la ruptura del muro de contención que originó un mar de lodo tóxico que impregnó ríos, bosques y casas, la vida allí es otra: es una constante búsqueda para continuar siendo vida.
Desde el principio, voluntarios de la Fraternidade – Humanitaria (FFHI) participan de las actividades de rescate y apoyo a los seres impactados por el desastre.
«A lo largo del año 2019, continuamos apoyando a esa población a través del cuidado directo a 35 familias, a quienes les hacemos visitas mensuales con atención psicológica». Explica Mariandja, misionera de la Fraternidade- Humanitaria (FFHI).
Son 15 misioneros involucrados en cada atención mensual, que incluye la fauna con apoyo en la logística de recibimiento de alimentos y medicamentos, soporte a los veterinarios, baños y paseos en el Hospital de Campanha da Vale, en la ciudad de Brumadinho, y en la Fazenda da Vale, que recibe animales de gran porte, además de los domésticos y otros animales silvestres.
Mariandja también recuerda el sufrimiento de los Reinos Mineral y Vegetal en el área. «Había cultivos de familias agricultoras allí, pero la tierra fue contaminada, el agua fue contaminada, los árboles sufren también. En una de las misiones, fuimos testigos de un gran incendio. Los Reinos en Brumadinho piden auxilio», finaliza.
