sala_brinquedos2Los Misioneros de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional participaron el pasado 24 de diciembre, en la ciudad de Varginha, Minas Gerais, Brasil, de la distribución de alrededor de 600 juguetes recibidos en donación y restaurados. La distribución a niños pobres de la región es fruto de un trabajo realizado hace varios años por una habitante de la ciudad a quien los Misioneros asisten.

Rusilvania_colocando_rodaDoña Rusilvania Gallo anda con cuidado en medio de una sala repleta de juguetes de todos los tipos: son cochecitos, peluches, juegos de tableros, rompecabezas, cocinas de plástico, legos y muñecas, todos usados. Ella busca una pieza que falta para finalizar un juguete más: una rueda para colocar en un cochecito de plástico. Esta es la rutina de esta vecina de Varginha, ciudad del Sur del Estado de Minas Gerais, Brasil, que hace más de 30 años restaura juguetes usados para regalarlos a niños pobres de la ciudad.

Rusilvania_observada_pelo_paiEl ejemplo comenzó bajo la influencia de su padre, quien acostumbraba a vestirse de Papá Noel en la empresa donde trabajaba y agasajaba a los niños con juguetes usados que él mismo arreglaba. Los primeros juguetes reutilizados por doña Rusilvania eran buscados en los depósitos de chatarra, pero con el transcurrir del tiempo comenzó a recibir juguetes donados por la comunidad. «Es un trabajo que dura todo el año, pues recibimos juguetes de la comunidad y de inmediato comenzamos a hacer una selección, apartamos los juguetes que ya no están en condiciones y los que necesitan de restauración y limpieza», explica Rusilvania.

lavando_brinquedos1Después de la limpieza, los juguetes son clasificados de acuerdo al sexo y edad de los niños y enseguida son reunidos en paquetes de alrededor de ocho juguetes cada uno. Existen juguetes que permanecen por años en espera de una pieza para poder regalados. «Yo tengo un cochecito que está guardado hace dos navidades, todavía no encontré una pieza para el mismo», dice Rusilvania. Muchas veces, la pieza de un juguete acaba sirviendo para otro que está precisando. «Hay que tener paciencia, en algún momento llega algo parecido para completar», afirma. Como el servicio es muy grande, doña Rusilvania cuenta con la ayuda de una hermana, que se encarga de restaurar las muñecas.

missionarios_montagem_brinquedosLos Misioneros que visitan la casa de doña Rusilvania acostumbran a participar de varias tareas. Organizan y arman juguetes, separan y buscan piezas y también confeccionan los paquetes. Pero el trabajo no se reduce a los juguetes: cuando la necesidad se presenta, ellos ayudan en lo que sea necesario. Es lo que hace Imer, Misionero de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, que maneja algunas herramientas para intentar solucionar el escape de agua de una canilla de la cocina. «Cada vez que vamos a servir estamos dispuestos a hacer de todo, dentro de nuestras posibilidades”, comenta.

missionario_conserta_torneiraDurante la tarea con los juguetes, los Misioneros terminan encontrando cosas que ayudan en las misiones permanentes que el grupo realiza con la comunidad de Carmo da Cachoeira. “Notamos que ella tiene también mucha ropa guardada. Vamos llevar prestado un vestido de novia que será usado en el casamiento de una persona de la ciudad de Carmo da Cachoeira, donde nosotros atendemos”, explica la misionera Clara.

vestido_noiva_2“Hacemos acuerdos con personas y entidades que se dedican a servir como nosotros. Participamos aquí de la organización de los juguetes y después llevamos una parte para donar en la ciudad de Carmo da Cachoeira”, dice Imer.

salao_brinquedosEl 24 de diciembre, la casa de doña Rusilvania se transforma. El gran salón, donde antes eran ensamblados los juguetes y armados los paquetes, queda repleto de obsequios. Los niños llegan temprano y esperan en fila, frente a la casa, hasta que llegue la hora de entrar al salón. Después es solo cuestión de escoger un paquete entre tantos juguetes. A lo largo del día fueron distribuidos alrededor de 600 juguetes.

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En la vecina ciudad de Três Pontas se realiza otra distribución de juguetes. Esta vez, el grupo de misioneros distribuyó 250 juguetes y 100 unidades de material escolar reunidos por ellos, así como más de 300 juguetes donados por doña Rusilvania. Todo fue donado al Proyecto Arte Cotidiano, de la Parroquia Cristo Redentor, que ofrece cursos a cerca de 250 niños de la ciudad. Los presentes fueron distribuidos en escuelas de Três Pontas.

Para el misionero Imer, este tipo de actividades junto a la comunidad es importante en esta época del año: «al final del año, los niños desean mucho recibir regalos y para nosotros es una alegría ver tantos niños felices. Las familias también quedan muy contentas, pues no tendrían condiciones de comprar estos presentes para sus hijos», concluye.