El día del Refugiado, 20 de junio, ha sido marcado en los últimos años por una de las crisis migratorias más serias de la historia de la humanidad, que afecta millones de personas en distintas partes del mundo. En América del Sur, la situación no ha sido diferente ante los conflictos en Venezuela, responsables de la salida del país de cuatro millones de personas en los últimos años. Brasil es uno de los principales destinos de estos refugiados y la mayoría está en Roraima, especialmente en las ciudades cercanas a la frontera con Venezuela.

Incluso antes de que la situación de los refugiados venezolanos fuera evaluada como crítica por los órganos gubernamentales, la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional ya estaba en Roraima, llevando ayuda humanitaria a los vecinos que aquí buscan albergue y retomar sus vidas. La Fraternidade fue la primera institución no gubernamental que actuó en la región, a la que llegó en 2016, para garantizar derechos fundamentales a los refugiados, entre los cuales muchos so indígenas.

Desde entonces, ya atendió más de 8000 venezolanos en los cinco albergues que administra, de un total de diez que están en funcionamiento, entre ellos 2700 niños y más de 3600 indígenas. Solo en el primer trimestre de este año, estos cinco albergues contabilizaron 1684 refugiados, de los cuales 1000 son indígenas.

Derechos y afecto: balance del bien

El día a día de un refugio es difícil en cualquier parte del mundo. Pero es posible atenuar el sufrimiento de quien se obligado a dejar su país de origen y ayudar a estas personas a reconstruir sus vidas y a tener acceso a derechos básicos. En los albergues administrados por la Fraternidade, tienen todo esto y un poco más, pues tienen mucho afecto y diversas actividades educativas y recreativas, además de diferentes modalidades de talleres, especialmente de artesanías indígenas – fuero 266 este año.

También tiene servicios de salud. Entre encaminamiento para vacunas, atención médica, psicológica y odontológica, fueron 3000 en los primeros tres meses de 2019. Y en el programa Bien Común, realizado en diez albergues, 2700 niños fueron atendidos. Las campañas socioeducativas sumaron 514 y 338 niños de cinco abrigos administrados por la Fraternidade se matricularon en la red de enseñanza pública.

Más que números esos datos muestran que los refugiados venezolanos no están solos y desamparados. Existe ayuda y esperanza para reconstruir esas vidas, como indican las miradas captadas en el video anexo. Por eso, en este 20 de junio, y ante esta enorme crisis que la humanidad enfrenta, los refugiados de los albergues administrados por la Fraternidade van a mostrar cómo se está recorriendo este nuevo camino: con muchas actividades para superar el dolor, las pérdidas y seguir adelante.

Programación – Día del Refugiado – 20 de junio – Albergues coordinados por la Fraternidade en Boa Vista (RR)

  • Desde las 9.00 – Abrigo Pintolandia
  • Torneo de fútbol y de voley
  • Exposición de fotos y pinturas
  • Feria de Artesanías indígenas
  • Danza indígena
  • Semillas de Luz
  • Plantación de semillas en la huerta del albergue con niños y adolescentes, después de la rueda de música

Desde las 9.00 – Albergue Tancredo Neves – Exposición de Mandalas

  • Stand up_ Show de variedades
  • Desde las 9.00 – Abrigo Nova Canaã
  • Exposición de fotografías y pinturas
  • Presentación de músicas y danzas
  • Producción de fanzine con el tema de identidad, con adolescentes