Después de la ruptura de la represa de residuos de minería, en enero, que afectó el valle del río Paraopeba y las comunidades de la región de Brumadinho, ciudad de Minas Gerais, las acciones de la Fraternidade – Misiones Humanitarias Internacionales se tornaron recurrentes en el área. Entre las innumerables actividades, se destacan el apoyo directo al soporte logístico para rescate y socorro de animales impactados y atención psicológica de las víctimas y sus familiares.

Los trabajos del Frente de Psicología de la Fraternidade en Brumadinho se iniciaron a finales de enero, solo cinco días después de la ruptura de la represa, a pedido de un líder comunitario local. Presentado al Consejo Regional de Psicología, que oriento sobre las directrices en la intervención psicológica en la crisis en Brumadinho, la atención se inició con el diagnóstico sociopsicológico de los moradores de las comunidades afectadas, como Parque da Cachoeira, Córrego do Feijão, Tejuco y Monte Cristo.

Marianjda, nombre espiritual de la psicóloga Luzia Serdano, misionera de la Fraternidade, dice que muchas personas afectadas ya empiezan a reestructurar sus vidas, volviendo al trabajo y dando continuidad a la rutina diaria. Hace esta afirmación después de comparar los resultados obtenidos a lo largo de este período, que muestran un escenario más positivo.

Hasta abril, la Fraternidade realizó 236 atenciones entre familiares de las víctimas, bomberos, equipos de rescate de la fauna y funcionarios del Hospital de Campaña del Valle. Este trabajo, bajo la coordinación de Marianjda, fue desarrollado por siete psicólogos voluntarios de la Fraternidade. Se prevé que la atención seguirá hasta el mes de agosto; y dependiendo de la demanda podrá ser prorrogado.

Atención a los animales

Al inicio de la Misión Humanitaria en Brumadinho, los animales de gran porte se dirigían a una hacienda, donde el equipo de la Fraternidade auxiliaba en la descarga y ubicación. Donde había lodo, el rescate de los animales, tanto domésticos como silvestres, lo hacían, exclusivamente, los bomberos. En las márgenes, era realizado por el Ibama – Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables y organizaciones no gubernamentales autorizadas, pero solo en la ciudad.

Los voluntarios de la Fraternidade, desde el principio, participan de las actividades solo en las áreas alejadas del lodo, en la llamada zona fría, donde se encuentra el Hospital de Campanha da Vale y la propia ciudad de Brumadinho, ayudando en la logística de recepción de alimentos y medicamentos, y en el soporte de los veterinarios. Los baños, paseos, alimentación y medicación también son parte de la rutina de trabajo del equipo de la Fraternidade, así como ayudar a las personas a localizar a sus animales domésticos perdidos.

Brumadinho y las Vivencias Misioneras

Las Vivencias Misioneras organizadas por la Fraternidade tienen la finalidad de formar voluntarios misioneros con vocación y voluntad de ayudar al prójimo, para que estén entrenadas para las misiones humanitarias. En este entrenamiento, los participantes experimentan, y aprenden a administrar, las principales situaciones que pueden encontrar en una misión, desde las más simples hasta las más complejas.

Y Brumadinho fue un lugar propicio para esas instrucciones, además de toda la ayuda que necesita recibir, que realiza también quien participa de estos entrenamientos. La primera Misión de la Fraternidade en la ciudad fue organizada poco después de la ruptura de la represa, con un equipo de veintisiete personas. Desde entonces, se organizaron dos Vivencias Misioneras en Brumadinho. De la primera, en abril, participaron veinticinco personas; de la segunda, en junio,  ocho.

Esta última también contempló el apoyo a la atención de animales domésticos hospitalizados, acogidos tras el rompimiento de la represa o por abandono, y también apoyo psicológico a las familias de las víctimas. Se realizaron 39 atenciones psicológicas. Según Mariandja, las actividades con los perros hospitalizados, aún con antecedentes traumáticos, es muy simple pero fundamental para la recuperación de ellos: pasearlos. En el hospital, el acceso a la luz del sol y al aire fresco es más restringido mientras que con un simple paseo  recuperan el ánimo.