El último sábado, 24 de septiembre, la Escuela Parque Tibetano de Casa Luz de la Colina, ubicada en la ciudad de Carmo de Cachoeira, Minas Gerais, Brasil, y afiliada a la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, celebró la Fiesta de la Primavera. El evento tuvo la participación de los niños y niñas de educación infantil, maestros y abarcó a toda la comunidad de familias.
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La fiesta que marcó el inicio de la Primavera, dio a las niñas y niños la posibilidad de percibir y vivenciar la transformación de la naturaleza.
«Con el fin del invierno e inicio de la primavera, la naturaleza renace y se renueva. Es tiempo de contemplar las flores, las mariposas y la explosión de colores que invaden el jardín y los canteros», dijo Analía Calmon, directora de la Escuela Parque Tibetano de Casa Luz de la Colina.
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El inicio de la fiesta comenzó con una oración junto a los miembros de la Orden Gracia Misericordia en el jardín que está después de la entrada de la escuela. El lugar parece haber salido de un cuento de hadas. «Creamos un ambiente más protector, más mágico, angelical. Los niños y niñas pequeños tienen una relación muy grande con el Reino Angélico y la idea fue traer esa levedad, esa belleza y los colores. Esperamos que también podamos abrir nuestro corazón así como las flores en la explosión de la primavera», dijo Analía.
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El evento duró toda la mañana y hubo juegos, presentaciones, música y muchas actividades. Distintas flores traídas por los maestros, padres y familiares sirvieron para el trabajo de las niñas y niños en los talleres y en jardinería. Se plantó un árbol con la ayuda de los menores. Todo el jardín de la escuela recibió nuevas plantas. Se presentó al Teatro de la Semilla, que contó una cuento de semillas que se tornaron flores.
Taller de Guirnaldas y Flores
Una de las actividades que involucraron muchos niños, niñas y padres fue el taller de guirnaldas (adorno hecho con flores y plantas que se usa sobre la cabeza). Las guirnaldas se confeccionaron usando plantas de bignonia que existen en el jardín de la escuela y decorada con muchas flores y hojas.
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Ronda y cantos de primavera
En otro momento de la fiesta se formó una gran ronda al aire libre con todos los participantes. Acompañados de flauta, guitarra y percusión, el grupo entonó canciones referidas a la naturaleza.
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Durante el evento se sirvieron refrigerios vegetarianos con jugos naturales y tés hechos por las madres de la escuela.
«En una época donde los verdaderos valores se pierden en las ‘modernidades tecnológicas’ tenemos como educadores, la tarea de rescatar lo simple, lo bello y lo verdadero, cultivando genuinas semillas que serán ofrecidas a las niñas y niños que heredarán una nueva Tierra», concluye Analía.
