La experiencia se está llevando a cabo en la colina del Shaddai, una montaña muy sagrada para la Comunidad-Luz Nova Terra, afiliada a la Fraternidad-Federación Humanitaria Internacional (FFHI), donde hacen meditación, oraciones, contemplación, por lo que plantar Baobáb allí es muy especial, muy significativo.

El baobab es el árbol con el tronco más grueso del mundo. Su tronco hueco puede medir más de 20 metros de diámetro y almacenar hasta 120.000 litros de agua. Su tamaño es tan impresionante que algunos baobabs se utilizan como casas, silos o refugios de animales, pero por desgracia la especie está en peligro de extinción.

Algunos biólogos consideran que los baobabs son los árboles más antiguos de la Tierra. Se estima que pueden alcanzar hasta dos mil años de existencia, calculados por su diámetro. Su nombre científico es Adansonia Digitata, pero también se conocen como calabaza de Senegal o  pan del mono.

El árbol es realmente poderoso: alberga cientos de animales, aves e insectos en sus enormes troncos. Sus flores miden hasta 20 cm y florecen en una sola noche. No es casualidad que, en África, los baobabs representen la vida: son símbolos de fertilidad, abundancia y curación. Sus hojas, frutos y semillas son muy nutritivos y tienen propiedades medicinales utilizadas por los pueblos de África, Madagascar y los aborígenes australianos.

El fruto del baobab, la mucua, se considera una de las superfrutas por ser un alimento rico y completo. Es una cápsula seca (sin jugo) y se utiliza como alimento. Las hojas se utilizan en la alimentación, frescas o cocidas, ya que son muy nutritivas.

Las semillas se comen tostadas o hechas harina. Con las semillas, secas y molidas, también se elabora una bebida que recuerda al café.

Los jóvenes de la Comunidad-Luz Nova Terra están haciendo un gran esfuerzo para brindar las condiciones más propicias para su desarrollo.

“Una de ellas nos dice: “Estamos plantando un árbol embondeiro, que es originario de África y aquí también se conoce como baobab, y lo hacemos como ofrenda y alianza entre la Comunidad-Luz Nova Terra y Casa Santa Isabel, de Angola, África.

“Y bueno, esperamos que esta ofrenda pueda ser recibida por todos los Reinos de la Naturaleza. Estamos haciendo un esfuerzo para plantar aquí en la colina, trayendo el estiércol, el abono, todo lo que el árbol necesitará para crecer sano, dar fruto y crecer mucho”, enfatiza.

“Tiene que ser muy grande para que todo el mundo hable así: Hola, ¿sabes quién plantó ese gran árbol? Esa jovencita”, bromea Ananda.

“Primero cavamos un hoyo para poder cultivar, haciendo una media luna; luego pusimos estiércol de caballo y vaca y lo mezclamos con tierra, fosfato y cal. Después de esta mezcla, cavamos el agujerito para la planta, la sacamos de la bolsa de plantines y la plantamos. Mezclamos la tierra y la apisonamos bien para que no circulara el aire por ella. Después, quitamos la maleza de alrededor y cubrimos con paja… (formando una corona) y esto mantiene la humedad y también los nutrientes para su futuro, de modo que esta materia orgánica creará microorganismos, que son alimento para la planta”, nos aclara.

“Y otra cosa que hicimos fue plantar abono verde, que es súper importante, ya hemos visto lo que aporta también. Semillas de judía de cerdo, judía guandú, crotalaria. … Este abono verde hará que las raíces ayuden a abrir canales para que los microorganismos y hongos de la tierra se muevan y abran canales para la raíz del árbol que estamos plantando”, terminando así su relato. finaliza.

Leyendas del baobab

Existen varias leyendas africanas sobre el origen del baobab, pero hay dos más conocidas. Dicen que, en el momento de la creación, Dios dio las semillas de un árbol a todos los animales. El babuino, un mono conocido por su pereza, recibió las semillas de baobab y, en lugar de plantarlas, se limitó a arrojarlas a la tierra. Las semillas habrían brotado al revés, dejando las raíces del árbol al descubierto y su copa enterrada. Algunas tribus africanas atribuyen la aparición del árbol a esta increíble leyenda.

La segunda leyenda dice que el árbol reinaba sobre toda África, pero el baobab era tan soberbio que los dioses se enfurecieron y los pusieron cabeza abajo como castigo. La leyenda también dice que quienes coman sus frutos serán maldecidos hasta morir devorados por un león.