La reaparición del arte
En la interacción del espíritu con la materia hay un trabajo que el hombre de superficie de la Tierra debe desarrollar, por medio de lo que llamamos arte. Sin embargo, es tan grande la degradación hoy existente en este sector, que solo una consciencia encarnada con profundo contacto interno y bajo la inspiración superior podría propiciar condiciones para que ese trabajo pudiera emerger con pureza y transmutar lo que los hombres traen como ilusiones en relación a la expresión artística.
La reaparición del arte genuino será de gran importancia para la consolidación de vínculos de servicio del Reino Humano con niveles superiores de consciencia. Un trabajo como este encontrará campo fértil para su desarrollo en la Tierra futura, cuando la humanidad estará más exenta de prejuicios y el cándido árbol de la pureza pueda florecer más fácilmente.
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Transformación
Es importante abordar estos puntos, pues, cuando tales asuntos son acogidos sin resistencias, se crea en la consciencia individual y en la colectiva una receptividad que facilita la manifestación de los nuevos tiempos. Sin embargo, estas transformaciones están actualmente solo en preparativo y solo serán una realidad visible después de la transformación global por la que el planeta pasará.
El surgimiento del nuevo arte está íntimamente ligado al de un nuevo observador. Sin que la percepción interna despierte, posibilitando al ser captar la energía de la armonía y de la belleza de niveles profundos, este arte permanecerá oculto por los vicios y hábitos de la mente y de los sentidos.
Hasta que esta unión con los niveles profundos de consciencia se establezca de manera estable, el individuo permanece modificando técnicas, instrumentos y procesos de manifestación de fuerzas y energías, y, erróneamente, dando al fruto de su experiencia el nombre de arte. En realidad, el arte, puro y genuino, solo podrá ser expresado por el hombre después de haber entrado en una etapa de consciencia más sutil.
El nuevo arte manifestará en sus obras el impulso de la Jerarquía Espiritual, y tales obras ejercerán influencia en los diversos niveles de consciencia del planeta, no solo en los de superficie. La ejecución de un trabajo así trae resultados superiores, en calidad vibratoria, a otro que tenga criterios menos rigurosos. Una obra inspirada refleja un orden interior que la diferencia de las que son meramente humanas. Por sí sola, ya es una importante contribución al patrón energético del planeta y a la materia que lo compone, repercutiendo en los átomos que forman los diversos cuerpos presentes en él.
La Naturaleza
La Naturaleza siempre expresó armonía y belleza; sin embargo, cuanto más amplia se torna la consciencia del ser que la observa, más se profundiza su relación con todo lo que lo rodea. Un individuo que, verdaderamente, abdicó del libre albedrío está en permanente mutación, siempre elevándose para servir mejor y revelar el Plan Evolutivo. La materialización de una obra inspirada propicia, silenciosamente, el contacto con energías superiores, a las capas más concretas de la existencia.
El verdadero arte necesita la energía creativa fluyendo sin obstáculos; no puede emerger cuando el flujo de esa energía está limitado por formas cristalizadas, que ya cumplieron su función y están superadas, aunque se presenten bajo el rótulo de arte contemporáneo. Por lo tanto, las transformaciones necesarias para la aparición de un nuevo arte no se refieren tanto al medio por el cual ella se presentará, sino al nivel de consciencia y de observación de quien la expresa.
Texto extraído del libro: El Nacimiento de la Humanidad Futura, de Trigueirinho.
Audio completo en: Conversas com Trigueirinho nº 265
