El domingo 23, los misioneros de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) participaron, vía internet, en la segunda clase del curso de Narración de Historias, impartido por el también misionero Laerte.

Uno de los objetivos del curso es ofrecer un recurso adicional a los misioneros, ya que, según Laerte, “la tarea misionera requiere un constante ejercicio de comunicación, y esta técnica es, en realidad, una forma de prestar atención a la forma de ser de las personas, por sus comportamientos”.

“Sentí que es una herramienta que puede servir muchísimo en las misiones. Laerte fue muy didáctico, mostrando como puede ser bien utilizado este ejercicio”, avala Boris, uno de los participantes del curso que está trabajando en la Misión Roraima. Laerte señala que “el curso de Narración de Historias  no enseña nada nuevo. Simplemente nos anima a recordar algo que no valoramos. Todos los seres humanos, en todo momento, hemos contado historias. Lo que hacemos es incentivar a redescubrir algo olvidado”.

 

Esta sencillez, sumada a la didáctica de Laerte, también fue reconocida por la misionera Sarah: “Los métodos que utilizó Laerte son muy concretos y aplicables. Pude ver la diferencia del razonamiento lógico necesario para las tramas aplicadas a diferentes edades”.

Considerando la importancia del ejercicio de contar una historia, Laerte dice: “La narración es un arte que preserva y transmite valores culturales, y que es de gran importancia en el desarrollo infantil. Además de ser un acto de cariño por parte del adulto, es una afirmación de que el niño puede aprender mucho de las historias, fábulas y cuentos de hadas, de forma lúdica e imaginativa”.

Boris reafirma la importancia de esta actividad para los niños y destaca: “En un cuento se pueden expresar no solo ideas, sino también emociones, sentimientos; y también educar, transmitir principios éticos. En el contexto humanitario, contar una historia es una herramienta genial, por ejemplo, para ayudar a los niños que tienen algún traumas”.

Con muchas ideas nuevas y entusiasmado por seguir, Boris dice que “las comunidades indígenas tienen sus propias historias y podemos construir puentes entre abuelos e hijos. Siento que debemos continuar y profundizar este curso”.

Respecto a las Misiones y esta arte de contar historias, Laerte reitera: “En el contexto de emergencias y crisis humanitarias, en las que se realizan las misiones, hay muchas personas que dejan atrás su vida, su historia y su país. Los Misioneros que los acogen pueden ser modelos para ellos de cómo reconstruir sus vidas. Indirectamente, a través del amor, el cuidado, la atención, reciben los códigos para reinventar sus propias historias”.

Fue precisamente esta impresión de amor la que Laerte supo transmitir en las clases, según evaluó Sarah: “Laerte utilizó estrategias de la cultura africana para contar las historias. Tienen muchos elementos de la naturaleza, que con su sencillez hacen que la historia sea magnífica. Un aspecto un poco inexplicable, pero muy explícito para el corazón, fue el amor y el cuidado que irradiaba al contar las historias. Eso fue lo más especial para mí”.

El curso seguirá permitiendo a los misioneros vivir ese amor que toca el corazón y que, contando historias, debe encantar a muchos niños y adultos en los albergues y en todas las Misiones.

Contação de Histórias Contação de Histórias
Missão Roraima (ATM) – Narrando historias y trabajando la expresión corporal