La Comunidad-Luz Figueira dio continuidad a sus actividades con el Reino Vegetal, organizando un mutirão (servicio grupal voluntario) de recolección manual de maíz. El mismo se realizó el 19 de julio pasado en las Tierras del Sol y tuvo la finalidad de obtener granos seleccionados para la próxima siembra.
Participaron unos 70 colaboradores y residentes de la comunidad, así como monjes de la Orden Gracia Misericordia. En total, estuvieron representados diez países.
Semillas puras
La cosecha se concentró en un sector de maíz baependi, una variedad mestiza de maíz amarillo, naranja y rojo. Se trata de un material puro, sin alteraciones transgénicas, que está siendo cultivado en Figueira hace cinco años. Sirve para consumo directo y para elaboración de derivados.
Los participantes comenzaron la jornada a las 7 de la mañana, con una sintonía espiritual, luego recibieron las orientaciones técnicas sobre la tarea que sería desarrollada y compartieron el desayuno. A continuación se internaron en la plantación y pusieron manos a la obra. Cerca de las 11 de la mañana pasaron a la segunda etapa, que consistió en la selección de granos a ser utilizados como semillas de la temporada 2018/2019.
Los voluntarios, varios de ellos presentes en Figueira por primera vez, separaron las mazorcas mejor formadas y aptas para preservar la calidad genética de los próximos cultivos. Este material será sembrado cuando comience el periodo de lluvias, normalmente en el mes de noviembre, y cosechado tres meses después.
Bases espirituales
“Además de desarrollar la fraternidad y la unidad grupal, esta actividad busca fortalecer las bases espirituales de nuestro trabajo como Comunidad-Luz, propiciando un contacto más consciente y armonioso del ser humano con los Reinos de la Naturaleza”, explicó fray Renato, monje de la Orden Gracia Misericordia encargado del sector de Semillas de la Comunidad-Luz Figueira.
“Me gustó mucho, es algo que nunca antes había realizado, nunca había entrado en una plantación de maíz. Es maravilloso conocer semillas puras, algo muy difícil de encontrar hoy en día, y tener la oportunidad de cosecharlas con las manos, de sentirlas”, comentó Izabel Bonfins, de Campinas, San Pablo, quien visitó Figueira por primera vez.
Para Cláudia Venâncio Quaresma, del litoral de San Pablo, quien también está por primera vez, “la energía del mutirão es muy buena, vemos los frutos cosechados y poder compartir ese momento me parece una experiencia muy rica, creo que para todos”.
“Una de las cosas que más me interesaba conocer era el trabajo con la tierra que se realiza aquí, ya que había escuchado hablar bastante de eso. Conocer las variedades puras que ustedes trabajan tan bien. Me gustó mucho. Me pareció una buena idea compartir la tarea entre todos, es una experiencia muy fuerte”, dijo Gregory Puhan, antropólogo, de Nova Hamburgo, Río Grande do Sul, quien desde hace 10 meses recorre el Brasil, “conociendo comunidades indígenas y propuestas de vida alternativa”.
Unidad con la naturaleza
“Fue bien divertido, no me resultó nada difícil. Me agradó mucho sentir la unidad con la naturaleza y con los hermanos”, expresó Karen de Oliveira, de la ciudad de Amparo, San Pablo, quien participa por primera vez en un mutirão de semillas.
“La tarea de hoy me pareció excelente, esencial. Creo que como humanidad, deberíamos participar más en este tipo de actividades porque así tomamos consciencia de donde provienen los alimentos, cuánto cuesta cultivarlos, cosecharlos, como es el proceso de selección de las semillas para que perdure la cosecha”, manifestó Alejandro Gómez, de Cali, Colombia. El mismo se encuentra pasando un periodo en Figueira. “Comencé a buscar algo más, que no se encuentra en el mundo y entonces decidí venir a conocer, a experimentar, a seguir mi ser interno y a dejarme guiar”, explicó el joven.
