Un grupo de voluntarios inscritos en la 41.ª Vivencia Misionera, realizada entre el 9 y el 12 de febrero, visitó el Parque Francisco de Asís, también conocido como el Canil de Lavras, ubicado en Minas Gerais, Brasil, cuya misión es albergar a perros en situación de abandono, enfermedad o malos tratos.
La vivencia misionera es una iniciativa mensual de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), así como un taller práctico sobre lo que es una experiencia misionera. El evento se realiza desde 2014 y está destinado a un público de todas las edades y de cualquier parte del Brasil y del mundo.
Hay dos aspectos de relevancia en esta visita. Una de ellas es el trabajo realizado por la FFHI en el Parque Francisco de Asís, una instalación que cobija a más de 400 perros abandonados o recogidos en condiciones inhóspitas. En el Parque, estos animales reciben atención veterinaria, alimentación adecuada, son acondicionados con seguridad y tienen cuidados permanentes de los voluntarios.
En lo que se refiere a la Vivencia Misionera, la actividad la realiza la FFHI para las personas que quieren efectuar algún trabajo misionero o voluntario pero no saben por dónde empezar, o para aquellos que quieren tener una nueva experiencia de donación al prójimo. Entonces, esta visita de atención a los perros acogidos es un ejemplo valioso para las dos iniciativas: tanto para el mantenimiento del Parque como para aquellos que buscan una experiencia de donación voluntaria. La visita se realizó el domingo 10 de febrero.
«Recibimos a los voluntarios con mucha gratitud porque en el día a día, tenemos más tareas que brazos para atender las demandas del Parque. Cuando estos voluntarios se unen a la misión, nuestra gratitud y satisfacción aumentan considerablemente, ya que nuestro propósito aquí se realiza con mayores resultados», comenta Lenilze Rezende, coordinadora del Parque.
El mutirão (trabajo grupal voluntario) de este día se dedicó a actividades de rutina, como son la alimentación de los perros distribuidos en los boxes, el cuidado de los animales enfermos y la limpieza de todos los ambientes. «Pero en especial, la interacción con los animales es la actividad más importante, en mi opinión, ya que es en ese momento que realizamos una de nuestras mayores misiones: el respeto y el amor al Reino Animal», complementa la coordinadora.
