Es necesario alinear corazones, mentes y manos para poner en práctica los principios espirituales y dar vida a una forma más consciente, inclusiva y amorosa de relacionarnos con el planeta y los unos con los otros.
A pesar de abordar un tema difícil y dramático sobre los niños y jóvenes expuestos al trauma de la guerra y conflictos, desastres naturales y colapso social, la atmósfera del seminario fue llena de alegría y unión.
Bruna Kadletz es la ideóloga y cofundadora de Círculos de Hospitalidad, una organización sin fines de lucro que desarrolla proyectos educativos, culturales y sociales para refugiados e inmigrantes en Florianópolis. Se dedica a la actividad espiritual a través de iniciativas humanitarias, escritos, conferencias y talleres de facilitación.
Ha trabajado en zonas fronterizas y posconflicto con poblaciones forzadas a migrar, como Líbano, Palestina, Turquía, Sudáfrica, Serbia y otras. Tiene una maestría en Sociología y Cambio Global de la Universidad de Edimburgo, Escocia, y está asociada con St. Ethelburga´s: Centro para la Reconciliación y la Paz, Londres, Inglaterra.
Bruna conoció más sobre el trabajo de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) en 2017, en un evento promovido por Círculos de Hospitalidad en asociación con Pedagogía de Emergencia, donde algunos miembros de la Red-Luz estuvieron presentes. En diciembre de 2018, pasó dos semanas vivenciando la Misión Roraima, entre Boa Vista y Pacaraima, donde ayudó en el trabajo de la FFHI y condujo rondas de conversación con mujeres venezolanas en tres de los refugios que visitó.
¡Fue una experiencia increíble! Pude aprender mucho del papel de FFHI en la gestión de refugios, su ética y principios de autocuidado, relata.
En el Seminario de Educación en Situaciones de Emergencia y Respuestas Humanitarias celebrado a fines de noviembre / principios de diciembre de este año en Carmo da Cachoeira MG, en la Comunidad-Luz Figueira – sede de la FFHI, Bruna pronunció discursos que inspiran a humanizar la mirada en las áreas de exclusión donde los refugiados permanecen, tanto los espacios físicos, como los culturales y emocionales. Una invitación para la inclusión, la valoración y el reconocimiento de la vida humana y así cruzar la frontera que nos separa de nosotros mismos y de los demás.
Bruna considera que es esencial incluir el alma y la consciencia del ser en el proceso de educación, conducción aún poco valorada, y señala: Sin embargo, esta sabiduría dió el tono del seminario y resonó en otras mesas, conferencias y talleres.
Salí del seminario con el corazón renovado con la esperanza de que sí es posible crear y vivir la realidad de la cooperación, del amor al prójimo, de la interconexión, de la consciencia de la nueva humanidad, concluye.
El Seminario de Educación en Situaciones de Emergencia y Respuestas Humanitarias también contó con varias otras conferencias sobre el tema de la pedagogía de emergencia.
