El Nucleo-Luz  de Figueira en Brasilia Sagrados Reinos (NLSR), afiliado a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), tiene historias de amparo, respeto, servicio y donación a los animales.

Cuando, en 2018, se definió, por indicación superior, que el área transferida a la Comunidad-Luz Figueira debía denominarse Núcleo-Luz de Figueira en Brasilia Sagrados Reinos (NLSR), los integrantes de la Red-Luz Centro-Oeste aún no tenían clara idea de cómo el nombre era tan apropiado para la tarea que ya se estaba llevando a cabo en la zona incluso antes de que albergara el Monasterio Madre del Sol.

Situada junto al río Pipiripau, la zona era conocida por albergar caballos abandonados y rescatados del maltrato de los carreteros. A este contingente de seres sufrientes y a otros de diferentes especies se los acogió. Cuando la Red-Luz se hizo cargo del área, el tratamiento de los Reinos de la Naturaleza, realizado en la NLSR, se intensificó y reveló la vocación de los miembros del grupo en el cuidado de estos seres vulnerables.

“El Reino Animal es un sector de la vida planetaria de los más ultrajados, diezmado y víctima de los abusos infligidos por los seres humanos, quienes deberían ser sus protectores y cuidadores, pero se sienten superiores a él, con derecho a dominarlo y usarlo para alimentación, confección de vestimenta, industrias, experimentos científicos, etc. Esto genera una enorme carga de sufrimiento para los animales”, dice la hna Alexandrina, del Monasterio Madre del Sol.

Según sus palabras, los gestos de amor, caridad, servicio y donación al Reino Animal nos ayudan, como humanidad, a evolucionar. “A través del amor, de la fraternidad y un nuevo paradigma de relacionamiento entre el ser humano y los animales, el ser humano asume su verdadero papel de tutor de este Reino, ayudándolo a rescatar su pureza y esencia. Es una evolución conjunta. Y, como decía el filósofo-espiritualista José Trigueirinho Netto, no hay verdadera evolución del Reino Humano sin esta integración con el proceso evolutivo de los demás Reinos de la Naturaleza”.

Además de los animales domésticos, la NLSR acoge una vasta fauna de animales silvestres: guacamayos, tucanes, colibríes, pájaros carpinteros, martín-pescador, pelícanos y otras aves; tortugas, peces del lago, marsupios, monos, serpientes, armadillos e incluso un yacaré, que convive en paz con las demás especies. También se ven mariposas, libélulas, abejas y otros insectos no venenosos. Todos conviven en perfecta armonía, dando vida al Núcleo-Luz y una sinfonía de colores, sonidos y movimientos. “Es nuestro deber proteger esta biodiversidad, cada vez más escasa en este planeta, e interferir lo menos posible en sus ritmos, ya que están en equilibrio. Todo lo que nos queda es mirar, contemplar y reverenciar la belleza de la Creación. ¡Así la tornamos SAGRADA! ”afirma hna Alexandrina.

Creación. ¡Así la tornamos SAGRADA! ”afirma hna Alexandrina.

Historias de una cariñosa acogida

Cassiopeia (Pepeia) – cura y reconciliación

Cuidado com os animais - Núcleo-Luz Sagrados Reinos

Aunque el NLSR tiene solo tres años de existencia formal, hay muchas historias que muestran que el Núcleo-Luz es un lugar único de amparo y respeto por los Reinos de la Naturaleza.

 Uno de las gatas del Núcleo-Luz, Cassiopeia, cariñosamente apodada “Pépeia”, muy arisca y con aversión a cualquier contacto con seres humanos, presentaba nódulos grises en la región mamaria. Fue llevada al veterinario, cuyo diagnóstico, ya esperado, era cáncer. Tenía siete nódulos malignos, con posibilidad de metástasis pulmonares y abdominales. De manera urgente, se realizó una cirugía para extirpar los nódulos. La cirugía, delicada y extensa, eliminó cinco nódulos; los otros dos tendrían que extraerse en otro momento. Se temía que no sobreviviera. Sin embargo, logró recuperarse y regresar a Núcleo-Luz, afortunadamente, sin metástasis.

Regresó muy delgada, la mitad de su tamaño, su pelaje sin brillo y parte de la cicatriz aún sin cerrar. Durante el cuidado y cariñoso tratamiento postoperatorio de Pepeia, “observamos cómo, cada día, ella se mostraba más receptiva a nuestros cuidados y afectos, un comportamiento muy diferente al que tenía antes. Cassiopeia aceptó muy bien un tratamiento homeopático y nos dejó aplicar las inyecciones sin oponer resistencia, porque sabía que le haría bien”, recuerda hna Alexandrina.

Muy pronto, Pepeia se sometió a la segunda cirugía sin complicaciones y regresó a la NLSR a los pocos días. Resultado de la biopsia: los dos tumores extirpados, anteriormente malignos, ¡se volvieron benignos! “Sin embargo, la mayor conversión fue que, en el proceso, se convirtió en un ser cariñoso y también receptivo a nuestro amor, expresando gratitud. Fue una cura y una reconciliación profunda con el ser humano. Se restableció el vínculo de confianza con el Reino Humano y ahora está lista para una relación evolutiva junto a nosotros”, comenta la hermana.

Sangha – um gato peralta

Otro gato, Sangha, fue el protagonista de una sencilla historia de travesuras, vivida por todos los habitantes del área. María Marcelino, de la mesa coordinadora de Núcleo-Luz, nos cuenta: “Sangha, asustado por alguna situación, se subió a un árbol muy alto y, sorprendentemente, no pudo bajar de allí. Se hicieron varios intentos para ayudarlo y cada vez subió más alto. Permaneció en la copa del árbol durante tres días. Fue necesario llamar dos veces al Departamento de Bomberos para realizar el rescate. Fue una operación delicada y profesional bajar del árbol al felino asustado. Hoy está tranquilo y adaptado en el gatil.

Realeza equina

Cuidado com os animais - Núcleo-Luz Sagrados Reinos

Los primeros animales bajo el cuidado del Núcleo-Luz son dos caballos ancianos, Príncipe y Princesa, que ya vivían en este lugar antes de que llegara el grupo. Víctimas de malos tratos y abusos, fueron rescatadas por una ONG local y traídos aquí.

Durante la mañana circulan libremente por el área externa y, por la noche, se los lleva a  un potrero donde hay un cobertizo abierto que les sirve de comedero y los resguarda del frío y de la lluvia. Recientemente, toda el área del potrero fue cubierta de césped para que nunca les falte alimento.

Para los integrantes del Núcleo-Luz es un desafío cuidar animales grandes debido a la falta de experiencia. Todos están siempre aprendiendo mucho de ellos. Son animales muy sensibles e inteligentes y, también, tienen un apetito voraz. Siempre debemos tener cuidado de no dejar los alimentos expuestos donde quiera que pasen, ¡nada se les escapa! Son los primeros en probar los frutos que caen de los árboles frutales del Núcleo-Luz. Les encanta la yaca y el mango.

Durante los momentos de oración, les gusta estar cerca de nosotros; se puede ver lo sensibles que son a las palabras y sonidos que se emiten cuando el grupo ora y canta. Príncipe, esquelético, con problemas de movilidad, artrosis y piernas arqueadas, en ocasiones se vuelve esbelto como un caballo joven y su postura se alinea, participando activamente en el trabajo. Hubo un día en que, al final de la oración, ¡incluso salió galopando velozmente!

Es maravilloso para nosotros observar que estos animales, ya envejecidos y sufriendo, aún logran expresar algo tan hermoso de su esencia equina, un arquetipo de fuerza, potencia, alineación y belleza.

Pasos evolutivos

Una de las explicaciones de tan amorosa interacción entre los Reinos se puede ver en el cuidado del grupo en la preparación de instalaciones en las que los animales se dan cuenta de que su libertad no está restringida y, por tanto, no se sienten atrapados ni rehenes. Esto también se puede ver “en el cuidado y cariño en el trato con cada animal, desde la alimentación adecuada y el tratamiento médico necesario, así como en el cuidado de los vegetales y el agua”, dice María Marcelino. Para ella, “todos los animales que allí habitan son felices y hay sintonía entre los seres humanos y los representantes de los distintos Reinos de la Naturaleza. Sin duda, es un intercambio muy enriquecedor”, declara.

“A través de esta convivencia, muchos animales pueden adquirir diferentes destrezas, sus niveles de inteligencia pueden aumentar, su capacidad de aprendizaje puede crecer y, además, pueden desarrollar sentimientos muy nobles, como sentir amor y hermandad entre seres de la misma especie e incluso entre especies muy diferentes. Tenemos ejemplos aquí, en Núcleo-Luz, de animales que desarrollan compasión por los demás, porque sienten que están sufriendo”, dice la hna Alexandrina. Luego agrega:

 “El servicio a los Reinos es un largo camino que todos nosotros, los seres humanos en evolución, debemos tomar. El rescate del Reino Animal no se trata solo de sacar al animal de una situación que le causa dolor y sufrimiento y brindarle cuidados básicos: médico, alimentario y albergue, ese es solo uno de los pasos en el cuidado y rescate de estos seres.

Cuidar de las profundas heridas, que no solo son físicas, infligidas por la humanidad al ser animal y que impiden una relación constructiva basada en el amor y la confianza entre los dos Reinos, es también una de las etapas de la cura. El caso de la gata Cassiopeia es un ejemplo de ello. Cuando sintió este amor desinteresado y la dedicación de nuestra parte para tratar su cáncer, se transformó y ya no nos rechaza, por el contrario, mostró aceptación, afecto y confianza. El cáncer, en este caso, fue su cura.

 Al intentar rescatar al animal, el ser humano está rescatando la esencia de su tarea en este planeta, la de ser cuidador y no usufructuario de los Reinos de la Naturaleza. Pero un cuidador informado y responsable, consciente de que, a través de sus acciones y de la donación de sí mismo, puede levantar toda la consciencia del planeta y crear una cultura de paz, armonía, cooperación, unidad, fraternidad y amor entre todos los Reinos. Esas serían las semillas de una nueva humanidad en este planeta”, concluye la hermana.