La Red-Luz Porto Alegre, en asociación con el Instituto Porto-Alegrense de Arte y Educación (IPDAE), donó cincuenta canastas básicas, cien mantas, treinta kg de yerba mate, cien kg de harinas de trigo, mandioca y maíz; además de kits de higiene, ropas y calzados para miembros de la Aldea Anhenteguá – Comunidad Mbyá Guaraní.
Localizada en las cercanías de Lomba do Pinheiro, al sur de Porto Alegre, la aldea de la etnia Guaraní es vecina de IPDAE, que recibió el pedido de auxilio de la comunidad indígena y activó a la Red-Luz, reactivando la asociación ya consolidada entre las dos entidades, desde 2018, por otra acción más dirigida al bien común.
La urgencia de suplir las necesidades básicas de esta comunidad indígena, sentidas con más fuerza desde que se instaló el problema sanitario y con la aproximación del invierno en la Región Sur, y la posibilidad de interactuar con este pueblo, antigua aspiración del grupo, fueron la motivación que impulsó su pronta acción, abriendo los corazones y uniéndolos en una corriente de fraternidad, silencio y gratitud.
Para Fátima Flores, directora de IPDAE, “colaborar con la manuntención de esta aldea es contribuir a la viabilidad de este pueblo que lucha con ahínco para preservar su cultura, cuya identidad está estrechamente ligada a la naturaleza, a los animales, a la tierra, al cielo, a las tradiciones y, principalmente, a Nhēnderu [Nuestro Padre de Todos] ”.
Sandra Calvi, del equipo de coordinación de la Red-Luz Porto Alegre, recuerda que hace mucho tiempo anhelaba ponerse en contacto con la Consciencia Indígena, que aún no había sucedido. “El día programado para la visita a la aldea comenzó con una lluvia torrencial, lo que para mí fue simbólico; limpió el camino hacia un servicio más abnegado, más profundo para la Red-Luz Porto Alegre”.
Una experiencia única
Después de que descargaron las donaciones con la ayuda de los jóvenes, Sandra dice que el cacique Cirilo pidió la palabra y sorprendió a todos con su simplicidad y objetividad: agradeció a Nhēnderu por haber mirado a su pueblo y dijo que enfrentan un momento muy difícil con esta enfermedad, y que nuestra donación evitaría salidas de la aldea.
Al despedirse, el cacique invitó al grupo a pasar un día con ellos, tomar mates y hacer una caminata por el bosque, pasando por la naciente de agua.
En el sentir de Irineu Strazas, del equipo de coordinación de la Red-Luz Porto Alegre, expresó “lo que me llamó la atención fue su ofrenda, poner a nuestra disposición lo más sagrado, que es la contemplación, la subida a las colinas del bosque nativo, la posibilidad de caminar por sus senderos, donde el cacique sube a la cima para permanecer en oración. Sentí que hubo una entrega ”.
