Lejos de las tecnologías, preparados con sombreros, botas y las manos dispuestas, el grupo de la Juventud por la Paz de San Pablo, el domingo 15 se reunió para realizar nuevamente una actividad de servicio. Esta vez, la acción se llevó a cabo en el área agrícola del Núcleo-Luz de Figueira en San Pablo, área que aún preserva, en medio de una zona urbana, una porción de bosque atlántico.
Al grupo le correspondió acomodar innumerables ramas pequeñas y medianas sobre los pies de algunos árboles, entre estos, algunos frutales como acerola, guayabo y naranjos, formando una corona de troncos a sus pies que servirán, a través de su descomposición, como rica materia orgánica para el suelo y sus raíces. También se colocaron hojas secas alrededor de los troncos que ayudarán a proteger el suelo contra la insolación directa y el impacto de las lluvias.
La joven Natália Myazaki describe el significado de la tarea realizada por el grupo: «trabajar en servicio y en armonía con los Reinos de la Naturaleza es uno de los propósitos de las actividades de la Juventud por la Paz, además de buscar la sabiduría de la naturaleza, reverenciarla y poder retribuir todo el servicio que ella nos presta».
«En medio de la tarea, los jóvenes fueron sorprendidos por la visita de un grupo de monos titíes y después por una ardilla en los árboles. Vemos esas señales que la naturaleza nos dio como un agradecimiento por la ofrenda de servicio de un pequeño grupo. Y bajo ese aspecto de redención y de servicio, el grupo sigue con sus próximas actividades», compartió la coordinadora del Monasterio de la Divina Trinidad, Madre María Gloria.
