Teniendo presente la importancia de estar preparado y disponible en situaciones inusitadas, se ofreció para los miembros de la Comunidad-Luz de la Hermandad ubicada en la inmediaciones  de Capilla del Monte,Sierras de Córdoba, Argentina, un entrenamiento para casos de incendios de diferente tipo, y rescate y asistencia primaria en caso de accidentes.

El mismo fue conducido por Martín Aldasoro, coordinador de la Red-Luz de Andacollo en la provincia de Neuquén, Argentina. Docente, bombero, enfermero y montañista, quien ha recorrido varios países de sudamérica capacitando sobre diferentes temáticas relacionadas con el rescate y las emergencias.

Propuesta de entrenamiento

El entrenamiento se desarrolló durante el mes de octubre y parte de noviembre y constó de tres módulos de incendios y tres de rescate en formato teórico y práctico. Se trabajaron tres tipos de incendios: forestal, estructural y de interfase.

En el caso de los módulos de rescate se trabajaron varios temas: signos vitales, ABC, shock, RCP, prevención de accidentes, quemaduras, traumas, intoxicación, parto natural y rescate en alturas.

Reconocimiento de las herramientas

Antes de iniciar el entrenamiento, se realiza un reconocimiento de los recursos humanos y materiales que hay disponibles en la Comunidad-Luz y sus alrededores. A partir de ahí se realiza un estudio detallado de esos recursos, de las herramientas y de las capacidades y conocimientos de las personas.

Es muy importante conocer la potencialidad que cada miembro de la Comunidad-Luz tiene y qué necesita desarrollar y profundizar. “Los primeros auxilios los puedes leer en un libro, la técnica del fuego la puedes ver en un video de You Tube, pero que la persona se supere en sus temores, en su historia de vida, en su “no puedo”, “para esto no soy capaz”, “no me animo”, eso es un proceso interno muy profundo que la persona tiene que superar.”, comenta Martín.

Desarrollo del trabajo en equipo

El entrenamiento fue divido en módulos con diferentes temáticas para poder profundizar en cada una de ellas. Cada miembro de la Comunidad recibió indumentaria de seguridad para poder realizar los ejercicios y colocarse de una forma más acorde con las diferentes situaciones emergenciales propuestas.

Hubo simulacros de accidentes, inundaciones e incendios de todo tipo, lo que ayudo a que cada uno pueda experimentar esas posibles situaciones que cualquier persona puede enfrentar en algún momento de su vida.

Victoria, miembro estable de la Comunidad-Luz que participó del entrenamiento, nos dice: “El entrenamiento fue preciso y muy práctico, con situaciones reales, de todo tipo, que uno en cualquier momento se puede enfrentar. Hemos visto, en cada simulacro, como utilizar los materiales de forma correcta y también como trabajar en grupo para atender la necesidad. Fue realmente muy productivo y ahora solo queda seguir profundizando y practicando”.

Alguno de los puntos importantes que acompañaron estos entrenamientos fueron el mantener la calma, la serenidad y la neutralidad ante cualquier situación. También se destacó la importancia de llamar a los servicios de emergencia y en colaborar para que cuando lleguen los equipos de profesionales capacitados, puedan encontrar una situación más controlada y encaminada para que todo pueda ser más fluido.

Respuesta del grupo

Este tipo de temáticas que fueron trabajadas en grupo generan diferentes reacciones en los miembros que participan, ya que cada uno tiene sus experiencias de vida y una forma de reaccionar ante situaciones inusitadas o de riesgo. Sin embargo, Martín nos cuenta que vio una respuesta muy positiva de cada uno: “La gente asistió, se mostró abierta, no puso excusas, realizó el mejor esfuerzo, hizo preguntas y eso fue algo valioso para poder llevar adelante la construcción grupal”. 

Y continúa: “El realizar preguntas siempre es la oportunidad de ir más profundo, aun cuando las preguntas son cuestionamientos… si uno lo mira en mayor profundidad, la persona lo que está pidiendo es mayor información para resolver un conflicto mental o un conflicto emocional que tiene ante determinada situación y que puede, si es bien abordado, resolverlo y seguir adelante”.

La riqueza de la instrucción puesta en práctica

Martín nos comenta sobre un momento compartido durante uno de los módulos de incendio en el cual se trabajó una emergencia en horario nocturno:

“Para mí fue muy grato contemplar de lejos el funcionamiento que se tuvo a nivel grupal en un entrenamiento nocturno. Las personas que integraban cada equipo no tenían la noción de lo que pasaba a nivel general. Verlos operar en cada dotación que armamos, en cada situación que se planteó y ver como la persona designada como “comando” fue derivando las tareas a cada uno y entregando las herramientas, me produjo un gran alegría, la alegría de la tarea cumplida”.

Y continúa: “Había aquí recurso humano suficiente para generar esto y lo que el grupo realizó fue organizarse y coordinarse para demostrar que se puede funcionar operativamente en situaciones muy complejas”.

Sustentar lo construido

Entre un módulo y otro cada miembro de la Comunidad colaboró también para el mantenimiento de las herramientas y la creación de un espacio específico para material de emergencias. Estas tareas prosiguen después de la instrucción recibida y la propuesta es que semanalmente un miembro de la Comunidad-Luz pueda revisar que todo esté en orden y disponible para cualquier caso de emergencia que pueda suceder.

También la idea inicial es repasar mensualmente alguna de las temáticas tratadas para refrescar las instrucciones recibidas y capacitar a todos los miembros en el uso de herramientas importantes como la motosierra, el generador, la moto bomba, etc., como también el correcto manejo de los vehículos.

Servir por amor

Cuando le preguntamos a Martín para que estaría capacitado el grupo luego del entrenamiento, él nos respondió rotundamente: “Para AMAR. El servicio en la emergencia es simplemente un acto de amor. Yo siempre digo que las asociaciones de bomberos no existen para apagar incendios o para atender rescates, emergencias, accidentes; existen para que las personas puedan manifestar el amor que hay en ellos. Tiene que ser un acto de amor. Si no puedes amar, no vas a poder enfrentar todos los temores, el frio, la noche, el calor arrasador”.

Y prosigue: “La llave está en el amor. Donde uno quiera ser héroe, no funciona. Se debe amar a la naturaleza en llamas, al niño que está en riesgo y al compañero que uno tiene al lado.

Cuando nos sentimos importantes y valiosos, pero ninguno es imprescindible, sino que entre todos hacemos ese equipo, el acto de amor se realiza”.