La fotografía puede ser una herramienta para enmarcar y reconstruir realidades para los refugiados venezolanos alojados en refugios administrados por la  Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

En el refugio Tancredo Neves, en Boa Vista, un equipo de misioneros de la organización promovió actividades del proyecto titulado ‘El arte como expresión de si mismo’, del 11 al 27 de marzo, que tenía como objetivo ‘humanizar’ el espacio a través de las manos de los refugiados. – y la fotografía surgió en un impulso espontáneo que agregó sinergia al resto de las acciones artísticas.

Los refugiados realizaron pinturas en las paredes, carpintería, la artesanía y el cultivo de plantas. En un momento dado, un señor le preguntó a una de las misioneras, que estaba fotografiando las actividades, cuándo le haría un retrato a él. Tal cuestionamiento alentó la misma voluntad en otros alrededor. Un joven, al que la misionera le preguntó sobre la importancia de ser fotografiado, respondió: «es porque las personas tienen valor». Así, las misioneras comenzaron a hacer retratos de los refugiados, mostrándoles los resultados y también las fotografías de las actividades realizadas en los espacios.

*Fotos tomadas por Celita Schneider.

“Después, los demás que asistían también querían, y una foto generaba la otra. Se vieron y se divirtieron, sonrieron. Y cada vez llegaba más gente con ganas de ser fotografiada”, dice la psicóloga y misionera de la Fraternidade – Humanitaria (FFHI), Fátima Cavalcante, una de las conductoras del taller…

En total, se fotografió a 30 personas que solicitaron el registro. Posteriormente, las fotografías se imprimieron con la frase «¡Eres valioso!», Y se las regalaron a los refugiados.

Fátima subraya la importancia de que los refugiados se sientan reconocidos, acogidos y valorados. En este sentido, la fotografía puede ser una forma de «ser admirado por la mirada del otro y por la imagen de sí que se puede ver y admirar, en un juego de sonrisas. Esto tiene un impacto directo en la autoestima de los refugiados, porque al conectarse con el sentimiento de valor, con la singularidad de cada ser y sentirse albergados, respetados y valorados, cada persona se reconecta con su propio mundo interno”, dice.

Nacida de una relación empática entre el fotografiado y el fotógrafo, la fotografía es capaz de mostrar belleza más allá de las apariencias, cree la psicóloga.

*Fotos tomadas por Celita Schneider.