Este 15 de septiembre se cumplen siete años del pasaje a otra dimensión de José Trigueirinho Netto (1931-2018), filósofo, escritor y conferencista brasilero, fundador de la Comunidad-Luz Figueira y precursor de una obra espiritual que aún hoy influye en miles de personas en todo el mundo.

Trigueirinho dedicó su trayectoria a la construcción de espacios de servicio, sanación y desarrollo interior, dejando un legado humanitario que se mantiene vivo a través de sus seguidores y de las organizaciones vinculadas a la Obra que dejó.

En 1987, fundó la Comunidad-Luz Figueira,ubicada en Carmo da Cachoeira (MG), que se convirtió en la referencia central de su obra. La Comunidad-Luz propone un modelo de vida simple, integrado a la naturaleza. Es una escuela de vida y formación, donde se insta a la práctica del amor desinteresado y el servicio a la humanidad y al medio ambiente. Ofrece un ambiente propicio para que las personas crezcan interiormente y desarrollen aptitudes que les ayuden a ser agentes de paz y del bien común.

Impartió más de 3000 conferencias y escribió 84 libros traducidos a varios idiomas, a través de los cuales transmite reflexiones sobre el despertar de la consciencia, la vivencia de la fraternidad y el servicio como camino evolutivo. Su Obra se ha manifestado en organizaciones sin fines de lucro que están presentes en 28 países y se expresan en la Fraternidad -Federación Humanitaria Internacional (FMHI)Comunidades de Luz, Núcleos-LuzAsociaciones de ServicioAsociacionesde Instrucción y Asociaciones Religiosas, que hasta hoy viven y practican valores de la simplicidad, del compartir, de la oración y del cuidado integral de la vida.

Fray Luciano, director general de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), recuerda que Trigueirinho trajo, además del legado espiritual, nuevas formas de convivencia. «Representó un importante cambio de paradigma en el manejo de los recursos materiales, monetarios y en la vida en comunidad. A partir de la Comunidad-LuzFigueira, promovió una vida grupal centrada en el bien común, sin circulación de dinero entre las personas. Forjó (Generó, Entregó Realizó) un impulso importante para la humanidad, porque ofreció claves espirituales, psicológicas y éticas, sencillas y accesibles a todos, sin distinción».

A nivel personal, fray Luciano recuerda que, en 1989, «haberlo encontrado representó un cambio radical en mi vida: fue un llamado inmediato a dedicarme íntegramente a este propósito superior y  el inicio de una trayectoria de casi cuatro décadas de entrega, sin buscar protagonismo ni beneficios personales, solo para la Comunidad, sino participando en un movimiento de preparación humanitaria ante los desafíos por los que atraviesa la humanidad».

Para la Madre María del Salvador, miembro del Consejo de Regencia, el encuentro con Trigueirinho fue transformador. «Busco palabras que expresen algo tan sublime y a la vez tan simple: el encuentro de muchos de nosotros con aquel que solo manifestaba, tanto en la Obra que fundó como en el día a día, lo que provenía de una Fuente Superior. Con mucha paciencia José imprimió, en nosotros, códigos de unión, de una cultura de paz y diálogo más allá de lo interreligioso, recordándonos de la necesidad continua de desestructurar nuestros condicionamientos egoístas y mezquinos».

El servidor humanitario Anderson, coordinador general de Fraterno Servir, recuerda el impacto personal que tuvo en él su encuentro con Trigueirinho: «Al escucharlo por primera vez, pude reconocer dentro de mí lo que mi Ser vino a hacer a este planeta. Trigueirinho me reveló caminos para recorrer la Vida, que hasta entonces eran desconocidos externamente. Y al mismo tiempo, internamente fue como recordar —literalmente «volver a pasar por el corazón»— un conocimiento que de alguna manera existía dentro de mí, pero que estaba esperando el momento adecuado para revelarse».

«Colocó Vida con V mayúscula, porque él reveló una forma de estar en el mundo llena de significado, entrega y conexión con lo Interno en mí y con lo Alto en todos nosotros. Por eso, resumiendo en una palabra, lo que Trigueirinho y su Obra representan para mí, puedo decir con el corazón lleno: Gratitud», reitera Anderson.

Para Frei Supremo, también miembro del Consejo de Regencia, la mayor lección fue la coherencia: «Trigueirinho y su obra son la guía que orienta y sostiene mis pasos por el simple hecho de que él fue el ejemplo vivo de todo lo que expresaba, él era lo que predicaba y así es como yo busco ser».

La vida y la obra de José Trigueirinho siguen inspirando a grupos de servicio, de oración, de instrucción y de cura. Están presentes en el cuidado de la naturaleza, en el acogimiento de los animales, en el pan compartido y en las manos tendidas en solidaridad. Siete años después de su partida, su legado permanece vivo y activo en aquellos que siguen el camino que él abrió: un camino de amor, servicio y unión en favor de toda la vida.