El pan es uno de los alimentos más antiguos y básicos que se incluyen en la dieta tradicional de muchos países del mundo y, por su fácil elaboración y bajo costo, es el complemento de varias comidas.
La Comunidad-Luz Fraternidad de Aurora, afiliada a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FHMI), también tiene al pan como parte del alimento diario, y aquí se realiza todo el proceso de fabricación, desde la molienda del grano hasta el horneado, y el producto es compartido con todos los miembros como acompañamiento nutritivo en desayunos, meriendas, etc.
El pan tiene un valor nutricional que varía según el tipo de cereal o grano que se utilice, pero todos tienen nutrientes en común: aportan un alto valor de carbohidratos y algunas proteínas, aminoácidos, micronutrientes y vitaminas. Provee también un 40% de agua y, según qué tipo de harina se utilice, el trigo es responsable de un gran aporte de fibra, siendo la harina integral la que más fibra posee.
En la Comunidad-Luz el proceso de panificación comienza en la casa de las harinas. Allí se recibe la donación de granos de trigo común de un campo vecino y se muelen en un molino a martillo, del cual ya sale la harina integral lista para ser usada. El mismo proceso se realiza con el arroz integral y blanco para conseguir harina de arroz.
La panadería se encuentra en el área Redención 2 y el trabajo de panificación es realizado una vez a la semana por 2 o 3 personas. El área está equipada como para fabricar el pan necesario para toda la Comunidad e incluye una amasadora grande, un horno a leña para 9 bandejas y una cámara fermentadora que permite acelerar y mejorar el proceso de fermentación de la levadura.
Se produce pan sin gluten, pan de harina integral y pan dulce. El pan integral es realizado en su totalidad con harina integral, el pan sin gluten se consigue con harina de arroz, mientras que el pan dulce es realizado con harina común, pasas de uva y coco. De esta forma, tres son las variedades que son provistas en la Comunidad como suplemento en varias comidas.
“El primer pan que solemos hacer es el pan sin gluten, el cual llevó bastante tiempo aprender por los tipos de ingredientes y los tiempos de cocción que son bien diferentes a un pan común. También requiere mucha más “atención” cuenta Tadeo, uno de los miembros estables de la Comunidad que fue asignado para hacer el pan.
Este tipo de pan sin gluten se realiza con harina de arroz integral o blanco, y una “pre mezcla” hecha de fécula de mandioca, fécula de papa y harina de arroz. Todos los detalles del proceso del pan tienen que ser minuciosamente observados, desde la cantidad de cada ingrediente hasta el enfriado del pan recién cocinado, ya que puede humedecerse y enmohecer.
Y Tadeo agrega: “También se le añade al pan de arroz semillas de lino, chía, girasol y maní, dándole más aporte nutritivo. La masa resultante es bien líquida a diferencia del pan con gluten, y necesita que el horno esté bien caliente para su correcta cocción.”
“El secreto del pan integral no es la harina, sino la correcta proporción de agua y aceite”, nos comenta Fray Josafá, que aprendió este detalle a través de varias pruebas hasta conseguir el pan con la consistencia deseada. Además, aprendieron que las proporciones varían según la humedad y calor del ambiente, debido a que eso equivale a si la masa debe estar más o menos húmeda para que salga un buen producto.
La panificación es dirigida por miembros de la Comunidad-Luz que ya tuvieron varias experiencias en el ámbito. Las personas que realizan esta tarea saben que lleva tiempo, esfuerzo, estar bajo altas condiciones de calor y atención, pero siempre se tiene presente algo en común entre todas las actividades que se llevan a cabo en una Comunidad-Luz: el servicio altruista y abnegado a todos los demás miembros de la Comunidad.
“Yo, que nunca supe cocinar nada en mi vida, de repente hacer el pan es un gran paso porque más que material, es algo espiritual. Sabes que es para el hermano, que es parte del sustento y lo agradece”, nos dice Tadeo mientras se concentra en las mezclas del pan integral. “Cualquier persona que tenga ganas de aprender puede ofrecerse para realizarlo. La diferencia con el pan comprado es que aquí cuidamos con atención el proceso, lo hacemos con amor y sabiendo que lo haces para tus hermanos.”
Mientras Tadeo comenta y está atento al proceso, Fray Josafá coloca los panes en el horno y agrega: “Lo importante es la intención con la que se hace algo, no importa qué, sino que se haga con el corazón. Quizá no tenga gran calidad, pero fue hecho pensando en quien lo va a recibir. Eso es lo que hace una gran diferencia.”
Al final de la tarde y luego de que los panes se hayan enfriado, se distribuyen en cajas a toda la Comunidad-Luz, la cual tendrá disponible este alimento noble y realizado bajo amorosas intenciones, como sustento luego de las tareas del día a día.