Lunes 1/1 al domingo 7/1

Bebidas encontradas en el refugio

Después del fin de año, el martes 2 de enero, los misioneros de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional – trabajaron en la estructuración y en la organización de la Casa de Paso, el abrigo destinado a los inmigrantes venezolanos en la ciudad de Pacaraima. Dadas las festividades de fin de año, había mucha suciedad y algunos refugiados embriagados. Los grifos de los lavamanos estaban dañados.

Durante el día 2 equipo de misioneros de la Fraternidade participó de una reunión con la Secretaría del Trabajo y Bienestar Social de Roraima (Setrabes), la Alcaldía de Pacaraima y representantes de los refugios, con el fin de establecer un plazo máximo de permanencia en el refugio de tres meses. La decisión fue unánime.

Distribución de alimentos en el refugio

Miércoles 3

Se comunicó a los refugios la resolución que se tomó el día anterior con relación al plazo máximo de permanencia.

Se hizo la entrega de alimentos que normalmente ocurre dos veces por semana. Antes de la distribución, uno de los indígenas hizo una oración de agradecimiento. Un momento muy hermoso que llamó la atención de todos.

Aproximadamente 25 niños realizaron actividades que estimulan la creatividad tales como: dibujar, colorear y confeccionaron unas pelotas pequeñas recubiertas de plumas.

Jueves 4

Se terminó la mudanza del depósito de donaciones que estaba en un lugar que cedió la Alcaldía. Se hizo una limpieza general en el local nuevo. Ahora los alimentos son almacenados y distribuidos en el propio refugio.

A lo largo del día se llevaron a varias personas hasta el hospital, sobre todo niños con enfermedades respiratorias.

Viernes 5

Visita semanal al condominio

Se hizo la visita semanal al condominio en donde están alojadas 35 personas venezolanas, entre indígenas y no indígenas. Antes de la ocupación, este condominio era un lugar bastante precario y semiabandonado. Ahí no hay energía eléctrica, solo tiene agua. Se hizo una lista con las necesidades de los habitantes: alimentos, medicamentos, ropa, mosquiteros y otras carencias.

Sábado 6

El equipo de misioneros prepararon las cestas y kits de productos higiénicos que se entregaron tanto a los indígenas como a los no indígenas.

Talita, una de las misionarias, junto a un profesor de Setrabes , acompañaron a un grupo de jóvenes y adolescentes del refugio hasta la cuadra del gimnasio de la ciudad para que practicaran deportes y jugaran. Este paseo resultó ser bastante alegre y abrió la posibilidad de hacer actividades fuera de la Casa de Paso.

Domingo 7

Bautismo de 15 niños

Tres familias llegaron de un distante municipio venezolano: Tucupita, estado Delta Amacuro, en donde se encuentra el delta del río Orinoco. Simultáneamente, varias familias regresaron a Venezuela con la intención de visitar y llevar alimento a sus familiares, producir unas artesanías y también aprovechar la temporada de pesca en el territorio venezolano.

Acerca de estos movimientos de llegada y salida, Imer, el misionero de la Fraternidade, observa que: “las familias llegan bastantes deterioradas, delgadas, enfermas y con el semblante como apagado. Mientras que los que regresan van fuertes, llenos de provisiones y hasta alegres. Entonces, de alguna manera, la acción de la Fraternidade y de otras instituciones, están cumpliendo con el propósito de servir”.

Dos misioneros, Luis y Débora, llegaron a Pacaraima para reforzar el grupo. Se hizo un almuerzo con todos para actualizarlos.

Finalizando el día, el equipo asistió a una misa en donde hubo 15 bautismos de niños indígenas Warao. Algunos misioneros resultaron ser los padrinos y madrinas. Fue una ceremonia muy alegre y bonita, en donde se pudo celebrar la unión entre los misioneros, los Waraos y los habitantes de la ciudad.