Finalizó la Misión Emergencia Chile, el 15º emprendimiento de ayuda humanitaria de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, que esta vez acudió en auxilio de las víctimas de grandes incendios forestales, los cuales, afectan al centro y sur del país trasandino desde principios de enero.

Un equipo de 15 voluntarios, entre misioneros, monjes de la Orden Gracia Misericordia y colaboradores de la Red-Luz Planetaria se sumaron, del 7 al 20 de febrero, a los 600 voluntarios extranjeros provenientes de 18 países y a los 11 mil voluntarios chilenos, para llevar apoyo material y espiritual a las víctimas humanas y de los Reinos Animal y Vegetal.

En poco más de un mes, los incendios dejaron un saldo de 600 mil hectáreas destruidas, entre bosques, campos, cultivos, más de 1.600 casas y provocaron la muerte de 11 personas y de centenares de animales. Miles de personas perdieron casas, vehículos, implementos de trabajo. Muchas están viviendo en albergues transitorios al igual que los animales que están siendo rescatados y curados. Una sequía que ya dura 10 años, las altas temperaturas y los fuertes vientos favorecen la extensión de focos de incendios.

La Misión Emergencia Chile concentró esfuerzos en las dos regiones geográficas más perjudicadas: O´Higgins y Maule. En la primera auxilió principalmente a los Reinos Animal y Vegetal y en la segunda al Reino Humano.

Durante seis días cooperó con otros voluntarios en un albergue de animales localizado en las cercanías de Rancagua, capital de la VI Región de O´Higgins, a 120 kilómetros al sur de Santiago de Chile. En ese lugar, los misioneros de la Fraternidade apoyaron el cuidado de caballos, vacas, perros, gatos y cerdos. Ayudaron en la construcción de corrales, limpieza de espacios, organización de donaciones y preparación de almuerzos. También colaboraron en la construcción de viveros de plantas para la reforestación de áreas quemadas.

Posteriormente, la misión se trasladó hasta la ciudad de San Javier, en la VII Región del Maule, a 200 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Allí colaboró con voluntarios de la fundación “Desafío Levantemos Chile” en la organización y distribución de donaciones a las familias damnificadas. Consiguió llegar hasta lugares apartados y seriamente dañados donde la ayuda gubernamental aún no se había manifestado.

En todos los puntos geográficos que les tocó actuar, los misioneros realizaron sintonías grupales de oración, algunas de ellas reservadas y otras con la participación de miembros de la Red-Luz de Chile, de otros voluntarios y de las mismas personas asistidas. Compartieron con muchos jóvenes, quienes con mucho entusiasmo participaron de las actividades de ayuda y de las oraciones. “Este grupo de la Fraternidade llegó con una energía increíble que nos dio fuerzas para seguir adelante e incentivó mucho a los jóvenes a participar”, testimonió Odette, voluntaria del grupo “Desafío Levantemos Chile” en San Javier, Maule.

Testimonios

“Durante toda la misión percibí mucha unión y fraternidad. Sentí a la Virgen María muy presente con nosotros. Solo me resta agradecer en nombre de todos mis compatriotas esa gran ayuda, esa misericordia que descendió desde los cielos”, destacó Adriana Soto, integrante de la Red-Luz Chile y del grupo de misioneros de la Fraternidade.

“En el servicio construimos una unidad en la cual sentimos lo mejor de todos los hermanos a los que nos aproximamos”, dijo José Ribeiro, que actuó como misionero en representación de la Red-Luz Europa.

“En todas las situaciones fue nítida la diferencia que hizo el amor con el cual intentamos colaborar, aunque fueran acciones muy simples como remover escombros o ayudar a techar un pequeño espacio. Eso se notó en el profundo agradecimiento que manifestaron todas las personas asistidas, sea en la mirada o con prolongados abrazos”, comentó José Luiz, coordinador del grupo Red-Luz de San Carlos, Brasil, y también integrante del grupo de la Misión Emergencia Chile.